Hace unos días llegamos de Art Basel, feria de ferias. Cada año, en territorio suizofrancoalemán, al borde del Rhin, se reúne el arte más internacional en la pequeña ciudad de Basel. La feria unifica lo mejor de lo mejor de cada rincón del mundo. Tres días de inmersión absoluta en un universo de arte contemporáneo y moderno separado de todo lo demás. Más de 280 galerías estuvieron presentes, con obras de alrededor de 4000 artistas en total y con récords de venta nunca antes alcanzados.
Unlimited, la porción de la feria dedicada a trabajos de gran escala, este año alcanzó su cifra más alta de obras exhibidas con 88 instalaciones, pinturas y esculturas. Por sus medidas agigantadas, estas son obras que suelen encontrar dificultades para ser expuestas. Me llamaron especialmente la atención las seis columnas de resina negra de McCracken, nativo californiano y gran exponente del minimalismo. Sus esculturas tienden a confundir el ojo y la mente, atenuando la línea entre la obra y lo que refleja.

Varias galerías tenían trabajos de Josef Albers, uno de los maestros de la abstracción geométrica. La obra de Albers, aún cuatro décadas después de su muerte, continúa demostrando su atemporal lenguaje con sus icónicos estudios abstractos del cuadrado. Desde mayo de este año, David Zwirner ha pasado a ser el único representante comercial del artista alemán. El día de la apertura de Art Basel 2016 la nueva dupla vendió cinco obras en menos de 24 horas. Notable.

Muy digna de mencionar fue la joven artista venezolana Sol Calero, quien se lució con una sátira del mercado negro erigiendo una casa de cambio en un supuesto chiringuito llamado “Cielito Lindo”. Ya bastante conocida por sus instalaciones, Calero explora su latinidad a través de colores tropicales, estampados de frutas, plantas típicamente sudamericanas, posters turísticos de Venezuela e incluso un canal de telenovelas que se transmite en la televisión de esta suerte de lobby. Ciertamente el trabajo atrapa el ojo directamente pero, más allá de llamar la atención, se logró la escenificación de un performance, ya que realmente se vendieron billetes de una moneda ficticia a precios constantemente fluctuantes.

Por otro lado, Turrell continúa dejándonos sin palabras. Consiguió formar la cola más larga de espectadores para entrar a ver Wedgework, su instalación fluorescente presentada por los mexicanos OMR. De la obra destaca una fascinación por la delgadez de una línea recta y por la fisicalidad de la luz.

Varias galerías, entre ellas Continua y Bortolami, presentaron trabajos de Daniel Buren, reafirmando su importancia en el mundo contemporáneo. Recientemente comisionado por la Fondation Louis Vuitton de París para instalar una obra en el edificio de Frank Gehry, Buren se consolida como un artista conceptual emblemático del momento histórico actual.

También destacables las obras de Robert Mangold y de Giuseppe Penone, ambos artistas que me interesan siguiendo la línea de Arte Povera y minimalismo que caracteriza mi gusto particular. Sin embargo, el primer lugar para mí es indisputado: Ettore Spaletti, expuesto por Lia Rumma, se lleva mi número uno. Al ver Dormiveglia, ocho paneles monocromáticos con impasto en tonos pastel dentro de cuatro paredes, es imposible no sentir algo. Realmente espectacular.
